Selva: Lago Sandoval y Reserva Nacional de Tambopata

Hola de nuevo!!

Sabemos que últimamente hemos tenido un poco abandonadito el blog pero la espera va a merecer la pena. Y lo digo porque hemos estado en la selva, en Puerto Maldonado, y tenemos mucho que contar.

Pues bien, después de recibir a mi suegro Emilio, el mismo día por la noche nos fuimos hacia Puerto Maldonado, ¡a la selva! Cogimos un bus en la terminal terrestre de Cusco y emprendimos nuestro viaje con Movil Tours por 60 soles cada uno. Nos esperaban 10 horas de viaje donde pasaríamos del frío más gélido (ya que a mitad de camino pasaríamos los 4000 metros) al calor más sofocante.

El viaje no se hizo especialmente pesado porque al viajar de noche pudimos ir durmiendo a ratos. Y por fin, ¡cambio de paisaje! Palmeras, todo verde, otro ambiente, la gente más sonriente, calor...¡habíamos llegado a la selva!!

Bajamos en la terminal terrestre de Puerto Maldonado y una chica del hostal nos estaba esperando (que maja) y nos indicó donde coger una mototaxi para irnos al hospedaje. Nos cobró un poco caro (6 soles) pero aceptamos, íbamos en calidad de turistas. Y ya por fin llegamos al Tambopata Hostel. La habitación triple nos costó 100 soles (desayuno incluído) y el ambiente era muy agradable. Se notaba que estábamos en la selva porque las hamacas nos estaban esperando (¡y los mosquitos y zancudos también!).

Ese día pudimos dar una vuelta por Puerto Maldonado (no es muy grande) ya que estábamos hospedados justo al lado de la Plaza de Armas. El calor era bastante agobiante, sobretodo por la humedad, pero un buen jugo ¡hacía pasar todos los males!!

Aldo

Y ya a última hora de la mañana nos reunimos con Aldo, el que iba a ser nuestro guía los próximos 4 días. Nos explicó todo lo que íbamos a hacer y los animales que podríamos ver en la selva. ¡Y no andaba nada equivocado!

Al día siguiente nos pasó a recoger por el hostal y ya listos, nos fuimos a coger un bote motorizado que nos llevaría a través del río Madre de Dios hasta el punto de partida hacia el Lago Sandoval, nuestro destino final.

Tokon

Antes de empezar a caminar, nos detuvimos en el punto de control donde están los guardas que vigilan todo aquel que entra y sale del parque. Esto, con el objetivo de controlar posible caza furtiva, tala u otras actividades que puedan dañar la fauna y flora del parque.

Pues ahí empezamos ya, de verdad, nuestra aventura. Caminamos durante 3,5 km (nos demoró 1 hora y media). Ya pudimos comenzar a ver algunos animalitos (monos aulladores, mariposas y pájaros). ¡¡Y llegamos al Lago Sandoval! ¡¡Oh!! ¡¡Qué bonito!! Realmente paradisíaco, tranquilo y transmitía paz. Cogimos un bote para dirigirnos al Hospedaje Tokón y por el camino pudimos ver caimanes pequeños, cormoranes, tortugas, garzas...

Caiman baby

Llegamos al hospedaje y nos estaban esperando unas estupendas hamacas para darnos la bienvenida. Los 4 días siguientes fueron increíbles. Hicimos diversas excursiones: al Castañal, lugar donde había muchos castaños (una de las actividades económicas de la región), también visitamos un bosque lleno de árboles enormes, cada uno con sus peculiaridades, hicimos diversas incursiones por el Lago Sandoval, incluso nos bañamos en él (cerquita de los caimanes, por cierto), vimos el atardecer, el amanecer, incluso Javi pescó una Corvina de 2kg.

Con unos amigos canarios

Y lo más importante, vimos muchísimos animales, más de los que esperábamos. Entre ellos diferentes tipos de monos (huasita, machín negro, aullador, tocón, nocturno), de pájaros (shansho, unchala, garzas de diferente tipo, cormorán, pájaro carpintero, guacamayos, pava, coracora, buitres), tortugas, caimanes, nutrias gigantes, añuje (una especie de roedor), marsupial y el más espectacular, un oso perezoso.

Nuestro guía y gran amante de la naturaleza, Aldo,  fue el responsable de que pudiéramos ver todos esos animales ya que tenía una vista y un sexto sentido para localizarlos, aún estando mimetizados con la naturaleza. Esto, unido a la gran cocinera que era su mamá, hizo de nuestra estancia en el Lago Sandoval algo inolvidable.

Después de estos días de contacto total con la naturaleza y de relax nos volvimos ya hacia Puerto Maldonado, nos pegamos una duchita en el Tambopata Hostel, hicimos una hambueguesa de despedida con Aldo y nos fuimos a coger el bus de vuelta a Cusco, esta vez con Tepsa por 55 soles.

El bus fue muy cómodo y en 10 horas llegamos a Cusco, para poder prepararnos para la siguiente aventura... 

Paucartambo y el amanecer desde Tres Cruces

Últimamente estamos pajareando a FULL!!

Mamacha Carmen

Bueno, hace un par de semanas Marine, Yara y yo fuimos a Paucartambo, famosa por sus celebraciones de fiestas para la Mamacha Carmen, procesiones donde se mezclan las culturas católica y andina.

Bailarines

A la vez que sacan la virgen se suceden bailes, siempre mirando hacia la virgen y por lo tanto caminando hacia atrás. Durante el recorrido van apareciendo por los balcones de las casas unos bichos muy feos que hacen ruidos raros, éstos representan a los demonios. Una vez la virgen hace su recorrido los bailarines (que son profesionales por cierto) se juntan en unas casas concretas de sus cofradías, bueno así se llaman en España. Allí cenan, toman y bailan de nuevo hasta las tantas o hasta que el alcohol te impida caminar. Nosotros entramos a una de estas casas, abiertas para todos y con un poco de suerte, como tuvimos nosotros, te pueden invitar a una birra, pero de las grandes jejeje.

Demonios

Colonos españoles

Colonos españoles

Bailarines

Tres Cruces

A eso de las 12 de la noche nos fuimos a buscar un carro que nos llevara a Tres Cruces para ver como amanece sobre los andes y la selva de forma simultánea. Normalmente los carros salen sobre la 1 o las 2 am pues hay como 3h de trayecto mortal por caminos. Debes pagar 10 soles para entrar y el carro te cuesta unos 30 soles, todo por cabeza. Una vez llegas a Tres Cruces, no verás las cruces pues alguien consideró que quemadas en su chimenea serían de más utilidad. Hay una especie de refugio con una chimenea, muy cutre la verdad, solo con poner unos bancos de madera ya estaría mucho mejor pero no hay ni eso, todos hacinados en el suelo, muy triste. Al menos, te puedes tomar un chocolate o un café caliente, previo pago claro... y a esperar que sean sobre las 6 para que empiece a amanecer. No voy a explicar lo que es un amanecer así que subo unas fotos para que veáis lo que nosotros pudimos ver.

Refugio en Tres Cruces

Amanecer desde Tres Cruces: Selva de frente Andes a la derecha

Amanecer en Tres Cruces

Amanecer en Tres Cruces: Los Andes

Amanecer en Tres Cruces: Los Andes

Amanecer en Tres Cruces

Amanecer en Tres Cruces: Marine, Yara y Daniela.

Amanecer en Tres Cruces: Yara

A eso de las 6...7 am volvimos con nuestro chófer para que nos llevara de vuelta a Paucartambo, la vuelta fue mortal... dos días sin ducharnos (se que suena a pijorro pero después de sudar, una ducha es necesaria), sin haber dormido, después de haber bailado la noche anterior (huayno y cumbia, por supuesto), por carreteras llenas de curvas, sin asfaltar y para colmo como 3 horas!!! pero realmente sólo acababa de empezar la tortura. 

Una vez llegamos a Paucartambo no había ni un cajero automático, así que convencimos al de la combi (para la vuelta a Cusco) de que nos llevara y una vez allá sacaríamos el dinero (no nos quedaba ni para la vuelta...). En la combi conocimos a grandes personas, como suele suceder en estos viajes. Se trata de Ángel, Marta, Margaux y Alex, españoles de Malaga, Barcelona y Badajoz excepto Margaux que es francesa y no se la región, pero por su carácter diría que del sur :). 

Amanecer Tres Cruces: Javi y Yara

Ángel y Marta llevan 9 meses de viaje "around the world" y les quedan 3, así que tomamos nota... mientras que Margaux y Alex estaban viviendo de forma temporal en Argentina y Chile. Gracias a ellos se nos hizo más ameno el viaje pues el chófer tuvo la genial idea de volver por un camino mucho más largo, sinuoso y todito por camino... como 4 horas más para añadir al contador... Por cierto, podéis visitar el blog de Ángel y Marta, es espectacular.

Pese a todas las incomodidades y peripecias volvimos a experimentar cosas nuevas y agradables, a la par que conocer personas interesantes por el camino...

Chinchero

Hoy hablaremos de Chinchero, una pequeña población a unos 40 minutos de Cusco. Podeis coger un carro en Belen Pampa por unos 4 soles en festivo, 3 en día ordinario. En esta población hay un plan urbanístico para crear el nuevo aeropuerto de Cusco, ya que ahora esta situado en Cusco ciudad y no permite la expansión territorial del mismo.

El pueblo en sí no es gran cosa, aunque los domingos dispone de un mercado al que bajan vendedores con trajes típicos (la mayoria para lucir ante los turistas) para vender artesanías, sobretodo textiles. También podreis encontrar verduras, frutas, cerámicas, cosas de segunda mano y comida muy barata como chicharrones de cerdo y trucha frita.

A unos 5 minutos del pueblo se encuentran unas ruinas inkas, bancales que a pesar de ser como todos se puede disfrutar de unas bonitas vistas y es un buen lugar para descansar unas horas tumbados en el cesped o en alguna zona con un poco de sombra.

En conclusión, si tienes un día sin nada que hacer y no te quieres cansar, Chinchero es un buen lugar para pasar un d'ia o medio día tranquilo sin mucho turista.

En busca de Verónica

Pues bien, os debéis preguntar quien es Verónica, ¿no? pues es un pico precioso que es visible desde diferentes localidades de la región de Cusco.

Esto fue la semana pasada, lo único que estamos un poco perretes y no hemos escrito hasta hoy. Yara, Marine y yo cogimos en la estación de Pavitos, Cusco una combi y por 10 soles y nos acercamos a la población de Ollantaytambo a una hora y media. Se trata de un pueblito muy pequeño pero muy transitado pues esta de paso Machu Picchu lleno de gringos, coches, camiones y trailers que pasan constantemente por las calles, sí, como lo cuento, pues la carretera principal no pasa por fuera del mismo si no por dentro... una locura. A pesar de ello, las calles son bonitas y muchas acompañadas de un pequeño canal rebosante de agua. La plaza de armas y el mercado son buenos lugares para pasar el rato, tomar algo o comer.

Con dar cuatro pasos fuera del pueblo, podemos observar que dispone de grandes restos arqueológicos inkas, como puede ser la super fortaleza o en medio de la montaña, como si de nidos de golondrinas se tratara, unos almacenes de comida. Resulta impresionante pensar como aquella gente era capaz de construir aquello en aquel lugar y es más, llegar ahí cargados con los víveres y guardarlos, pero claro, para eso ya tenían los esclavos, la historia de siempre, la triste historia de la humanidad...

Si pretendes ir un poco más allá, relativamente cerca esta el poblado inka de Pumamarca. Es interesante subir en taxi por unos 40 soles y bajar a pie, el taxi lo podéis coger delante del mercado de Ollantaytambo. La subida a pie es una matada, lo digo por experiencia a parte de que os podéis encontrar una sorpresa como nosotros, pues a medio camino encontramos una calavera humana. Según explican los autóctonos, un día fueron encontradas y hoy las dejan al costado de los caminos para proteger a los que circulan por ellos.

Tras visitar Pumamarca, en el hostal de la Srta. Katy y sus gatos (Chaska Wasi), donde nos hospedamos, nos informaron de unas espectaculares vistas en la cima de una montaña "cercana", a unas 6 horas de ida y otras tantas de vuelta. Resulta que hay una puerta inka tras la que podemos ver la cima de Verónica, unas vistas espectaculares que no pudimos ver, pues nos quedamos a medio camino... 3 horas de sufrimiento!!! Unas pendientes brutales, al menos para nosotros que no estamos acostumbrados a estos trotes y menos a 3400m de altitud... Para aliviar un poco nuestra frustración creamos nuestra propia puerta, pero no inka sino franco-española, pues la hicimos entre Marine y yo, Yara estaba muy ocupada durmiendo...

Así concluimos un fin de semana más y volvimos a casa con unas agujetas de infarto!!!

Os dejamos los resumenes del sportracker de las caminatas por si alguien las quiere replicar:

 Ollantaytambo - Intipuku (puerta inka)

Ollantaytambo - Pumamarca