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domingo, 27 de abril de 2014

Centro histórico de Cusco

¡Y por fin un poco de turismo! Ya que esta primera semana la hemos dedicado al mal de altura y a ciertos retortijones.

Así que, hoy domingo por la mañana, nos hemos ido al centro de la ciudad de Cusco acompañados por una gran guía, Imelda. Ella forma parte del equipo de Chacra Escuela y nos dejará ocupar su piso estos meses.

Hemos cogido un taxi por 4 soles (1€) y nos hemos plantado en la Plaza de Armas*. Esta plaza en tiempo de los incas era el corazón de la ciudad y se llamaba Huacaypata. Actualmente, está llena de turistas pero también cusqueños que, igual que hemos observado hoy, se sientan en un banco a tomar el sol o a leer el periódico. No han faltado vendedores ambulantes de artesanía, agentes turísticos, lustradores de zapatos e incluso, mujeres sordomudas que piden una ayuda (parece ser que esto es internacional). 




El monumento más importante de la Plaza de Armas es la Catedral del Cusco. Aunque los cimientos de grandes piedras talladas a mano son incas, la construcción de la catedral fue realizada por los colonizadores. De igual manera, diversidad de construcciones se realizaron en estos cimientos derribando las construcciones incas y suplantando su cultura ancestral.

Después nos hemos dirigido a la Plaza del Regocijo o Cucipata.



Justo en una esquina de la plaza, en la calle Garcilaso hemos visto la casa del Inca Garcilaso de la Vega, un cronista del siglo XVI, hijo de un conquistador español (Sebastián Garcilaso de la Vega) y de la Princesa Inca Isabel Chimpu Ocllo.



Callejeando nos hemos ido hacia a la Plaza San Francisco, mucho menos turística y más popular. Había diferentes paradas de comida que tenían muy buena pinta y que no hemos podido probar debido a nuestros problemas intestinales.

Hemos continuado visitando el mercado central de San Pedro, en el barrio bravo de Cascaparo, y hemos paseado por sus paradas para finalmente tomarnos un rico jugo de zanahoria y manzana.



Una vez fuera, a través de las callejuelas adyacentes y llenas de mercados ambulantes, sobretodo de fruta y verdura, hemos comprado algunas cosas que nos hacían falta (plátanos, uva, manzanas y papaya, ¡mmm que rico!).

 

Y ya de vuelta a casa, hemos cogido un bus (colectivo) que nos ha costado bastante más barato que el taxi (0,70 soles)  y que nos ha dejado prácticamente en la puerta de casa. 

Día completo e interesante, lleno de historia, gentes, colores, olores y un poquito más integrados en el ambiente.



*Su nombre se debe a que ahí se realizaban los ajusticiamientos, por ejemplo, el del caudillo indígena Túpac Amaru II. También se llamaba Plaza de los lamentos o la tristeza.

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