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lunes, 2 de junio de 2014

Tipón: arqueología inca y rico cuy al horno de leña

Hola!! Hoy os vamos a explicar las actividades que realizamos el pasado viernes. Nos levantamos prontito y nos dirigimos a la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco, específicamente, a la facultad de agronomía y zootecnia que es donde trabaja Víctor. Por si no lo habíamos explicado antes, Víctor es la razón de que nos encontremos en Perú. Él fue el primer contacto que tuvimos aquí (si Núria, també gràcies a tu) y es la persona que nos ha acogido y acompañado en todo este proceso, junto con Imelda a la que ya conocéis.

Bien, pues Víctor es profesor de zootecnia en la Universidad por lo que nos llevó hasta allí para hacer una visita. Pudimos ver des de un bonito huerto ecológico cuidado por los estudiantes hasta vacas, terneritas y algún que otro toro. No me acordaba como se extrae la leche de las vacas así que después de verlo en vivo y en directo he decidido que voy a intentar dejar de tomar leche de vaca.





Bien, pues después de ahí nos dirigimos Víctor, Imelda, Judi (amiga de Imelda), Javi y yo a un pueblo llamado Tipón. ¿Y por qué es famoso Tipón? ¡¡Por sus estupendos restaurantes donde se cocinan los mejores cuys!! Aunque el cuy es un animal al que más bien estrujarías contra tus mofletes decidimos que teníamos que probar de todo, así que nos íbamos a meter un cuy entre pecho y espalda. Y así lo hicimos. Aunque estaba rico, para mi gusto tenía poca carne. Aunque ya sé que haré servir si quiero hacer una paella de conejo-cuy.



Pero antes del banquete nos fuimos a la ruinas incas que se encuentran en Tipón. Por un módico precio de 10 soles por persona (5 soles si tienes carnet de estudiante-ISIC) pudimos ver el templo del agua. Se trata de diferentes andenes-terrazas construídos de manera que en cada andén, los incas cultivaban un tipo de planta y mediante un sistema de riego muy elaborado el agua llegaba a todos los andenes. Los incas vivían en las zonas más alta del terreno y los cultivos los tenían en las zonas bajas, pero cerca, ya que esta actividad era su medio de vida.





Tuvimos un momento espiritual (como en Mauk'a Llaqta) y pedimos permiso a los apus para estar en un lugar sagrado como aquel, ofrecimos cerveza a la tierra y nos leyeron hojas de coca. 










Después de ese momento de calma (pese a haber bastantes turistas en el recinto) nos marchamos a comer. Y después de llenar la barriga nos fuimos a casa, habiendo aprendido y sentido una cosa más.





lunes, 19 de mayo de 2014

Excursión a Mauk'a Llaqta

Hola de nuevo! Hoy os vamos a contar la excursión llena de peripecias que hicimos ayer. La aventura la realizamos en coche (carro) con Javi al volante, Imelda de copiloto y Marlene, su hijo y yo de acompañantes.

Así pues, salimos por la mañana de Cusco para dirigirnos a las ruinas pre-incas de Mauk'a Llaqta (pueblo viejo). Dice la leyenda que los Incas en su proceso migratorio por los andes del sur, se ubicaron en el sector de Paqarectampu, actual provincia de Paruro en la región de Cusco. Cerca de estos restos arqueológicos se encuentran las cuevas de donde salieron los fundadores del Imperio Inca, los hermanos Ayar.


Nada más salir de Cusco nos paró un agente de carretera. Le entregamos los papeles del coche y nos empezó a bronquear (con razón) por varios motivos: no teníamos matrícula (tan solo un papel provisional conforme se estaba tramitando), no teníamos seguro y Javi no tenía carné internacional para circular. ¿What? Esto último, lo prometemos, no teníamos ni idea de que era necesario.

El policía empezó a decirnos lo irresponsables que éramos, que podía multarnos por todos estos temas, que como no llevábamos pasaportes ya que él no sabía si habíamos entrado legalmente al país o no, que si Javi iba borracho lo podía deportar (no!!!) y un largo etcétera de cosas negativas y catastróficas que nos hicieron poner el culillo un pelín más cerrado de lo habitual.

Después de toda la exposición, el agente hizo salir a Imelda del coche (¿quería negociar?$$) y ella, con su poder de convicción le explico que yo había estado enferma y que la excursión formaba parte de una estrategia para que me recuperara lo antes posible.

Finalmente nos dejó ir, digo, seguir con la excursión programada. La cuestión era, según nos dijo, que en realidad no podía multar a un coche que no existía como tal (legalmente) ni tampoco a un conductor que no era peruano ni tenia ninguna acreditación para conducir en Perú. Finalmente, le comentó a Imelda que si le faltaba gente en su empresa a ver si podía tener en cuenta a un familiar (¿?).

Bien, pasado este mal trago, continuamos nuestro viaje y con tanta charla y excusa barata nos entró hambre. Así que paramos a comer en el Gran Caimán. ¿Y que se come en el Gran Caimán? Trucha, papas, ensalada y rocoto relleno. Todo muy rural pero también muy rico. Y barato (8 soles el plato, unos 2€).






Y ya con la panza llena continuamos el camino. Y en el siguiente pueblo nos vuelve a parar la policía. Y nos vuelve a explicar lo que ya sabíamos. Y nosotros le volvemos a contar todas las excusas que ya sabíamos y las que no habíamos dicho anteriormente. Y el policía nos da una sorpresa y nos dice que se lleva el coche al deposito. (¡socorro!). Pero al final es comprensivo y nos deja seguir con el itinerario marcado.

Y después de unas carreteras un poco infernales, con socavones, desniveles y demás, y también unos paisajes andinos de ensueño y sus gentes, llegamos al destino. Bueno no, primero nos perdimos y fuimos en otra dirección. Gracias a los lugareños conseguimos dar con Mauk'a Llaqta.





Cuando llegamos a las ruinas y nos sentamos a descansar, pudimos contemplar un montón de montañas a nuestro alrededor y pueblitos a lo lejos. Realmente era un paisaje precioso y relajado. Pedimos permiso a los apus (cerros) para estar ahí ya que se trataba de un recinto sagrado y visitamos las ruinas que, aunque están abiertas en plena naturaleza, están bastante bien conservadas.




Dado que se hacía de noche, volvimos al coche pero esta vez con un acompañante más: un pajarito herido que Javi se encontró por el camino. Y de vuelta y con un último alto de la policía, aunque mucho mas fugaz que los anteriores, llegamos por fin a casa cansados pero con la satisfacción de haber visto y vivido un montón de cosas desconocidas para nosotros.

PD: aunque nos hemos esforzado en curar y mimar al pajarito, hoy ha decidido que no tenia más fuerzas para seguir. Le dedicamos este blog, pajareando.

martes, 29 de abril de 2014

¡¡Una de salchipollipapón y otra de choripollipapón, por favor!!

Hoy estábamos muy perretes para hacer la cena, de manera que hemos "salido" a cenar. Y digo "salido" porque el bar-restaurante nos queda a un paso de donde residimos, literal, un paso.

Realmente hemos pecado de novatos... hemos visto unos platos por 18 y 16 soles (4,6 y 4,1€) y hemos pensado, uno para cada uno ¿no? pues NO, ERROR.

 

¡Ya tenemos el menú para mañana!

Por cierto, la birra a juego, 620ml...